Abrió puertas para que otros pudieran pasar

1. ¿Cómo te defines cuando nadie te mira?
Exploradora con curiosidad y decisión, positiva y autoexigente. Conectora de conceptos, personas, sectores, visiones. Tengo una intuición entrenada que me permite anticiparme, ver patrones y tomar decisiones en momentos de complejidad o cambio. Muy amiga de mis amigos, y profundamente leal a quienes confían en mí.

2. Cuando piensas en tu talento, en aquello que aportas más allá del rol, en lo que te hace único/a, ¿qué dirías que es?
Pienso a medio y largo plazo, conectando lo que a primera vista parece desconectado, ayudando a organizaciones y personas a decidir mejor en momentos clave. Tengo una mirada estratégica que une tecnología, personas y negocio. Me sale natural pensar diferente, ver más allá, traducir ideas complejas en palabras simples y anticiparme. No pienso en silos: conecto mundos, personas y oportunidades que no parecen evidentes. Soy buena articulando conversaciones clave, generando confianza y construyendo relaciones de largo plazo. Combino pensamiento estratégico y sensibilidad humana, y ese equilibrio me permite aportar en espacios donde hay tensiones entre lo que se quiere, lo que se puede y lo que conviene. Donde hay transformación, sé estar. Donde hay complejidad, aporto orden y perspectiva. Donde hay dispersión, tiendo puentes. Lo mío es abrir puertas: a personas, a ideas, a futuros posibles

3. ¿Qué valores rigen tu vida y como se manifiestan en tu día a día?
Honestidad, para poder ser coherente conmigo misma en cada decisión.
Lealtad, como forma de respeto profundo hacia las personas con las que camino. Generosidad, como motor que impulsa conexiones y proyectos. Y la amistad y la familia, que lo atraviesan todo y me recuerdan quién soy.

4. ¿Qué buscas en lo que haces, profesional o personalmente?
Busco dejar huella con propósito. Que lo que hago tenga impacto, que construya algo que quede, y que lo haga rodeada de personas con las que compartir los desafíos y, por supuesto, seguir creciendo. Me importa que lo que haga tenga alma y pasármelo bien en el camino.

5. ¿Qué te enamora, te mueve, te emociona?
Me emociona la generosidad sin espectáculo. Las personas que construyen con propósito, El talento comprometido. Las empresas que crecen generando impacto, el liderazgo generoso. Y quienes entienden que colaborar genera más que competir. Me enamora ver talento en acción, cuando alguien se atreve a ser y no solo a hacer.

6. ¿Qué detestas profundamente?
Me alejan la hipocresía, el ego desmedido, quienes ocupan espacio sin dejar respirar al grupo. No soporto la falta de ética, ni el interés disfrazado de conexión.

7. ¿Qué pasa cuando te ven de verdad?
No me disfrazo, soy como soy. Quien me ve, ve lo real. Lo que sí me cuesta es sostener el halago. Me abruma un poco. Pero estoy aprendiendo que sostener lo que uno es también implica sostener lo bueno que otros ven en ti.

8. ¿En qué tipo de decisiones te gusta estar?
Me gusta estar en decisiones que cambian el rumbo: cuando hay que redefinir un propósito, entrar en un nuevo mercado, abrir una nueva etapa, resolver tensiones internas o abordar una crisis. Momentos donde lo fácil es actuar por inercia, pero lo necesario es parar, mirar con otros ojos y atreverse. Ahí puedo aportar. Me interesan los espacios donde la ética, el impacto y el crecimiento se cruzan.

9. ¿Qué tipo de conversaciones crees que faltan en las empresas hoy?
Conversaciones reales. Con miedos, con dudas, con verdades que a veces duelen. Sobre valores sin que suene a marketing, de talento sin jerarquías. Faltan espacios donde se pueda hablar de lo que no está funcionando sin miedo a perder influencia, y donde se escuche con apertura incluso cuando el mensaje incomoda. También faltan conversaciones intergeneracionales, donde escuchemos a quienes llegan, y no solo les digamos «cómo son las cosas». A menudo, lo más transformador no es traer una nueva estrategia, sino facilitar una conversación que nunca se ha tenido. Y ahí es donde sé aportar.

10. ¿Qué es algo valioso que aprendiste de un fracaso?
He tenido diversos fracasos en mi vida, y casi siempre, la etapa siguiente ha sido mejor. Aprendí que el fracaso no es una derrota, sino una señal: a veces de que no era el momento, otras de que no era el camino, o no eran los compañeros de viaje adecuados. Lo importante es revisar con honestidad, entender el proceso y soltar el ego. También entendí que defender una idea que aún no está madura puede abrir camino para otros. Y que la humildad de volver a empezar, lejos de restar autoridad, refuerza el liderazgo. Porque quien ha caído y vuelve a apostar, lo hace desde otro lugar: con más perspectiva, más criterio y
más capacidad de impacto.

11. ¿Cómo sabes que has aportado valor en un proyecto o en una relación profesional?
Cuando las decisiones ganan coherencia, cuando se avanza con más claridad y se toma un rumbo que antes parecía incierto. Lo noto cuando se da un paso que antes daba vértigo, o cuando se aborda una conversación que llevaba tiempo aplazándose. También lo sé cuando me llaman para abrir una nueva etapa, para acompañar una transformación, para facilitar una decisión compleja o construir algo que no estaba previsto. Porque eso significa que mi forma de acompañar dejó huella. No solo en las personas, sino también en la cultura de decidir, en cómo se miden los riesgos y se sostienen los compromisos.

12. Si tuvieras que elegir una frase famosa que te represente, ¿cuál sería?
«Be yourself, everyone else is already taken», de Oscar Wilde. Porque he tardado años en entender que lo que soy, con mis contradicciones, es precisamente lo que me permite aportar.

13. ¿Qué te gustaría explorar o construir en esta etapa de tu vida?
Me interesa estar en espacios donde se toman decisiones importantes, donde se cruzan visión, impacto y propósito. Quiero contribuir con mirada estratégica y sensibilidad humana en proyectos que estén en fases de crecimiento o transformación. Me siento cómoda cuando puedo aportar desde la experiencia, pero también desde la escucha y la intuición.
Me interesa estar donde la visión se convierte en impacto. Me atraen los lugares donde se entrelazan estrategia, legado y futuro; donde puedo ayudar a traducir conversaciones difíciles en decisiones compartidas, y conectar lo que parece distante: generaciones, mentalidades, formas de hacer. Ahí es donde sé aportar más: como puente entre perspectivas distintas, acompañando momentos en los que no solo se decide qué hacer, sino también quiénes queremos ser al hacerlo. Me mueven los espacios donde la ética, el impacto y el crecimiento se cruzan.

14. Si pudieras escribir una frase que alguien recordara de ti dentro de 10 años, ¿cuál sería?
Abrió puertas para que otros pudieran pasar.

Helena Torras

Creadora, Talento Oculto